Acelerar el cambio positivo mediante la colaboración
Durante el mes de noviembre se celebró en Glasgow la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNCCC), también llamada COP26. Delegaciones de todo el mundo se reunieron para acelerar la acción de los objetivos del cambio climático. Con la opción de ver los eventos en directo online, muchos ciudadanos aprovecharon la oportunidad para informarse sobre los retos actuales, los plazos inminentes y lo que deberíamos aspirar a conseguir en los próximos años. Los eventos estuvieron llenos de momentos de reflexión, frustración y al mismo tiempo de esperanza y optimismo por un futuro de cambio, colaboración, igualdad y justicia climática.
Los desafíos prioritarios fueron: mitigación, adaptación, financiación y colaboración. Sin embargo, en las diferentes conferencias, sesiones y paneles, hubo un tema recurrente que llamó la atención: el «compromiso público». A pesar de la importancia de concienciar sobre cómo cada individuo puede contribuir a unas prácticas mejores y más sostenibles, un catalizador vital del cambio es lo que defendemos en colaboración como ciudadanos.
¿Qué es el compromiso público?
Existen varias interpretaciones en diferentes sectores, pero generalmente se refiere a cómo el público puede participar más y ser capaz de influir en las decisiones, reglamentos y acciones públicas. En una época de saturación informativa, en la que los ciudadanos tienen a su alcance infinitas fuentes de noticias y desinformación, la participación pública y la sensibilización requieren un proceso de pensamiento más creativo. La comunicación de la información requiere una estrategia omnicanal, e incluso así, el mensaje debe atravesar muchos obstáculos para conectar con el público. El promedio de las personas tiene ahora más distracciones que antes, más compromisos y menos tiempo para adoptar un enfoque complejo en su día a día. Intentar aumentar la acción o la participación hacia comportamientos medioambientales más positivos exigirá un gran esfuerzo de cada persona y requerirá algo más que información y educación. Con el paso del tiempo, habrá necesidad de intervenciones continuas.
Un buen ejemplo de compromiso público encaminado hacia el futuro y centrado en las personas es el ‘Small Grants Programme’ (Programa de Pequeñas Subvenciones). La iniciativa apoya proyectos que preservan y restauran el medio ambiente, a través de ayuda financiera y técnica, con énfasis en la mejora del bienestar y los medios de vida, a través de la ética de «Think Global, Act Local» (Pensar de forma global, actuar de forma local). El objetivo del programa era crear una plataforma en la que la sociedad civil y las comunidades locales pudieran interactuar y compartir sus ideas y enfoques para abordar los problemas globales de medioambiente utilizando prácticas locales. Con este concepto en mente, el compromiso cívico puede tener un impacto positivo en la interrelación entre las necesidades humanas y las demandas medioambientales esenciales.
‘Think Global, Act Local’ se centra en adaptar los productos y las soluciones a la demanda de los clientes. Aquí es donde entra en juego la participación del público. Para entender lo que la gente necesita debemos tomar e interpretar las opiniones locales e intercambiar ideas sobre los problemas y tendencias actuales. El conocimiento humano es vital. La población local es la que conoce los entresijos del lugar donde vive y la que querrá que se escuche su voz cuando se trate de cambios y mejoras. Un compromiso positivo requiere tiempo, trabajo y confianza, y el compromiso público es una vía de doble sentido.
El declive de la participación ciudadana
Los estudios del Fondo de Población de las Naciones Unidas muestran que más de la mitad de la población mundial vive actualmente en las ciudades y esta proporción aumentará aún más, hasta superar los 5.000 millones en 2030. Con ciudades cada vez más grandes, los gobiernos locales tendrán que adaptarse rápidamente a la evolución de las necesidades y expectativas, además de gestionar una mayor demanda de recursos y servicios. El compromiso público y cívico es un factor clave para el crecimiento y la evolución. Según una investigación de ‘Young Federation’:
‘Los gobiernos y los ayuntamientos que disfrutan de mayores niveles de participación ciudadana suelen tener comunidades más fuertes, ciudadanos más empoderados, mejores servicios para los residentes y están mejor equipados para hacer frente a los barrios desfavorecidos.’
Sin embargo, la mayoría de las investigaciones indican que los niveles de participación ciudadana están en declive. Encontrar oportunidades para comprometerse con su comunidad local puede ser difícil. Los ciudadanos no se sienten tan comprometidos con sus gobiernos por varias razones, como la falta de información, incentivos, tiempo y confianza. Cuando se trata de la sostenibilidad, los retos suelen ser la falta de concienciación medioambiental, el compromiso y la desilusión de poder influir o cambiar los sistemas. Sin embargo, hay algunos aspectos que pueden mejorar esta relación y la adaptación al crecimiento rápido para mejorar el compromiso cívico. Como ya se ha mencionado, debe haber tiempo, trabajo y confianza, pero también sería beneficioso tener un diseño claro, una estrategia bien pensada con las prioridades de los ciudadanos en mente, acompañada de procesos digitales y tecnológicos.
Utilizar la tecnología para mejorar el engagement
Las soluciones digitales facilitan una comunicación eficaz y transparente con los ciudadanos. El uso de las herramientas y la tecnología adecuadas puede ayudar a cumplir los objetivos y establecer plataformas más cómodas e interactivas para la ciudadanía.
El espectro de la participación pública sirve de referencia a la hora de visualizar una plataforma de engagement. Las cinco fases muestran un proceso paso a paso de cómo mejorar la comunicación con los ciudadanos y compartir ideas y sugerencias:
- Informar. Es un factor esencial para promover la participación de principio a fin, ya que proporciona al público una mayor confianza y equilibrio respecto a la información existente y a las posibles alternativas y oportunidades.
- Consultar. Permite obtener feedback del público de los diferentes análisis y soluciones.
- Involucrar. Colaboración directa con el público durante todo el proceso. Esto permite valorar y garantizar que las diferentes opiniones sean escuchadas y consideradas.
- Trabajar con los ciudadanos en todos los aspectos de la toma de decisiones, desde la elaboración de alternativas hasta las resoluciones finales.
- Empoderar. Poner la decisión final en manos de los ciudadanos.
Unos objetivos informados, una orientación sólida y la posibilidad de que los ciudadanos aporten sus opiniones y comentarios pueden resultar una solución poderosa para transformar las comunidades en ciudades sostenibles e inteligentes. Los enfoques tecnológicos pueden proporcionar a las ciudades y a las empresas una forma de aumentar en gran medida la facilidad y la rapidez de crear, compartir y conectar los planes de sostenibilidad. Tanto si se trata de luchar contra el cambio climático como de mejorar la asistencia sanitaria, promover planes de transporte público o incluso apoyar a una tienda local, es necesario que se produzcan cambios de comportamiento reales y permanentes, por lo que la participación de la comunidad y de los ciudadanos es crucial. Mediante la introducción de innovaciones digitales, desde las plataformas de participación ciudadana hasta las redes sociales y los códigos QR, podemos ofrecer un lugar seguro y cooperativo para que los ciudadanos expresen su opinión, interactúen, participen y apliquen cambios que realmente beneficien a todos los implicados.
Soluciones digitales en acción
Las soluciones digitales pueden contribuir de forma decisiva a un cambio positivo proporcionando a las partes interesadas información adecuad y útil. ¿Cómo poner en práctica la participación?
Un claro ejemplo de ello es #InOurNature: Zero Carbon Manchester, una plataforma de engagement comunitario online que ayuda a los residentes a actuar contra el cambio climático. Han creado un espacio donde los ciudadanos pueden descubrir soluciones nuevas y creativas para hacer de Mánchester una ciudad más sostenible y conectada. La plataforma, administrado por varias entidades, entre ellas el Consejo de Mánchester y la Agencia de Cambio Climático de Mánchester, ofrece a los ciudadanos diversos recursos, consejos y proyectos, lo que les permite contribuir a su agenda de sostenibilidad. También se utilizan encuestas para recoger opiniones constructivas sobre el proyecto, junto con historias inspiradoras. Esta combinación capacita y anima a los ciudadanos a realizar cambios inmediatos, viendo el impacto que pueden tener y contribuyendo positivamente a su causa final.
Otro ejemplo lo encontramos en Gijón, una de las ciudades más pobladas de la costa norte de España, donde se han desarrollado plataformas de participación. Se han creado tres portales específicos para fomentar el uso efectivo de la tecnología en la ciudad con el fin de promover oportunidades de desarrollo económico, innovación sostenible y emprendimiento, así como mejorar la calidad de vida, el bienestar y los servicios públicos.
El primero se llama Observa Gijón. Se trata de un observatorio urbano que permite acceder a datos relacionados con la administración económica de la ciudad, la actividad del gobierno local y las estadísticas sanitarias. El segundo portal, Cuida Gijón, es una plataforma en la que los ciudadanos pueden ayudar a conservar y mantener las calles y las instalaciones de la ciudad, fomentando las acciones sostenibles y la responsabilidad y ahorrar dinero de la administración. En el tercer portal, Participa Gijón, los ciudadanos pueden conocer las iniciativas del Ayuntamiento, proponer las suyas propias, comentar diferentes temas y propuestas y ser parte de la toma de decisiones colaborativas.
Entender los impulsos, las motivaciones y las necesidades de los diferentes usuarios y grupos de usuarios, y poner esto en el centro del diseño aumenta la atracción al público
El camino a seguir
Las tecnologías digitales pueden capacitar a los individuos para responder de forma más simple e inmediata a los problemas y a las necesidades de los demás, al igual que acelerar el cambio positivo a través de la colaboración. El uso de plataformas tecnológicas innovadoras establece un mayor potencial de colaboración y acción, al hacer más fácil y eficaz el intercambio de información, refuerza la voz de los ciudadanos, facilita la cohesión social y apoya la participación con características que aumenten el disfrute y la implicación (por ejemplo, con retos, gamificación y encuestas).
Cada vez es más imprescindible que los gobiernos y las organizaciones utilicen la sostenibilidad como forma de relacionarse con las comunidades. Los gobiernos, los ayuntamientos y los responsables de la participación pública deben emplear soluciones con visión de futuro, aprovechando al máximo los enfoques modernos y la tecnología que pueden ofrecer para una participación pública eficaz, y estar abiertos a las aportaciones de los clientes sobre lo que creen que es importante. Promover y establecer comportamientos sostenibles y ser más proactivos y centrados en la comunidad sólo puede traer recompensas y resultados.
A menudo hablamos de querer ser el cambio en el mundo, pero no hay razón para sentir la presión de hacerlo solos. Si diseñamos soluciones eficaces que ayuden a las empresas o comunidades a ponerse en marcha, una vez conquistados los corazones y las mentes, el resto seguirá rápidamente y, lo que es más importante, se mantendrá. Todo se reduce a mejorar la comprensión para acabar con el mito de que será un proceso imposible, y a desarrollar hábitos fáciles y alcanzables con iniciativas y comportamientos alternativos. Mientras todos tratamos de poner nuestro granito de arena en la mejora de nuestras formas de vida, para evitar que aumenten aún más los efectos del cambio climático, deberíamos llevar con nosotros y aprovechar las oportunidades para trabajar en colaboración hacia un futuro mejor y más sostenible, como individuos, comunidades y organizaciones.