Donde quiera que miremos estos días encontramos que la transformación digital es un elemento de máxima prioridad en la lista de «tener que hacer» en las empresas. Comunicaciones externas a clientes y clientes potenciales, comunicaciones internas a empleados y socios –expandir la accesibilidad y magnitud de contenido como nunca antes.
En ningun sector se hace esto más evidente que en el terciario. El informe publicado por el Comité de Beneficencia de la Cámara de los Lores, “Stronger Charities for a Stronger Society” dedica todo un capítulo al uso de la tecnología digital en el sector terciario, explicando que la integración de las tecnologías digitales en la vida de las personas y la naturaleza cambiante de las comunicaciones, en particular mediante las redes sociales, han transformado significativamente el entorno en el que las organizaciones benéficas pueden operar.
El reciente “Red Nose Day” es un claro ejemplo de cómo el uso de la tecnología digital ha cambiado en los últimos tiempos las vías de acceso, migrando el evento desde plataformas basadas principalmente en TV / Radio / teléfono a una integración mucho más amplia de canales tradicionales y sociales; Facebook, Instagram, Twitter, Pinterest, etc.
Sin embargo, aumentar el alcance o difusión a través de múltiples canales sólo genera beneficios parciales. En un mundo en el que estamos sobrepasados de información y contenido, nuestra audiencia probablemente solo permanecerá interesada, pasará a la acción y volverá más veces a nosotros cuando pueda identificar una conexión emocional con lo que se presenta. Un enfoque transaccional ya no es suficiente cuando hay tanta competencia reclamando atención.
Como vimos en el Red Nose Day y con una magnitud similar a gran escala, el sector terciario está combinando cada vez más el enfoque multicanal con contenido potente y eficaz que desencadene fuertes conexiones emocionales; humor, empatía, o incluso culpa. Esta conexión nos hace tomar medidas y cuanto más fuerte es la conexión, mayor es la probabilidad de que llevemos a cabo esa acción (donar).
Pero lograr este tipo de conexión con una audiencia no es una cuestión que dependa del presupuesto, ni tampoco de la implementación de la nueva tecnología. Se trata más bien de planificar la presentación del contenido; Incorporar un entendimiento real de qué emociones se pueden despertar y si refuerzan una llamada a la acción.
Por lo tanto, aunque adoptar la digitalización es algo muy bueno en sí mismo, es sólo la mitad de la historia. Acoplar un alcance más amplio con el verdadero entendimiento de la situación, la atención a la experiencia del usuario y el tipo de conexión que queremos forjar es la manera de obtener una transformación significativa.