Nadie dijo que fuera una tarea fácil generar Engagement, todo lo contrario, es un reto difícil porque en sí mismo es un proceso complejo. Por ello, cabe tener en cuenta las posibles limitaciones que nos podemos encontrar.
Inicialmente, los participantes pueden mostrar gran pasotismo ante la realidad por haber aprendido día tras día que ese contexto no les aporta nada (irrelevancia aprendida). Para evitar este problema, es necesario contar con una Narrativa envolvente y con Retos entretenidos y divertidos que consigan cambiar esta idea. Por ejemplo, una estructura narrativa puede modificar esa pasividad inicial y aportar dinamismo durante todo el proyecto. Añadir un Mundo o Universo para cada Experiencia de Engagement que sea único, pero a la vez que permita gran personalización, es clave. Sin embargo, no podemos perder el norte al respecto, pues estos componentes siempre deben estar vinculados a la fundamentada estructura psicológica del proyecto; si no estaremos hablando de una narración o juego con cierto componente educativo o informativo (Juego serio), pero no de una Propuesta de Engagement.
Los elementos típicos de la narrativa, igual que sucede con los elementos de juego, serán eficaces siempre que estén supeditados al objetivo comportamental principal de la experiencia de Engagement.
Posteriormente, los participantes pueden mostrar aburrimiento y habituación. Para evitar este problema, es imprescindible incorporar elementos de juego, Dinamizadores, a la Propuesta que aseguren la diversión y el disfrute de los participantes durante toda la experiencia. Sin embargo, nos puede suceder lo mismo que comentábamos anteriormente sobre el empleo de la Narrativa. No debemos olvidar que los Dinamizadores son elementos que están condicionados a la estructura psicológica de la Propuesta. Si estos componentes pasan a tener el protagonismo es muy probable que no lleguemos a lograr el Engagement deseado, pues el participante percibirá que la Solución es divertida, pero que está vacía de contenido significativo.
Con ello, no queremos decir que los Juegos serios no sean útiles, todo lo contrario, son válidos para alcanzar objetivos relacionados con el entretenimiento, pero no podrán ser la piedra filosofal de retos que busquen generar un bienestar y un compromiso a largo plazo; dichos elementos tendrán siempre que tener un papel secundario en la función, en la solución de engagement.