La industria de los videojuegos ha crecido incesantemente durante los últimos 40 años. La expansión de las plataformas de acceso, el aumento de la potencia tecnológica pura, la revolución del juego social en el móvil; todo esto amplía de forma significativa el alcance y el uso de los juegos para diversión y disfrute. Y el aspecto del disfrute es de crucial importancia – después de todo, es el único propósito de los juegos – para estimular el placer, para escapar de la realidad, ¡para divertirse!
En contraste con esto, desde la revolución industrial, hemos sido educados para entender que el trabajo es serio y el juego es otra cosa. Theodore Roosevelt dijo una vez: «Cuando juegues, juega duro; Cuando trabajes, no juegues en absoluto”. Así que cualquier idea de que los dos pudieran coexistir puede parecer contradictorio.
Sin embargo, teniendo en cuenta que la demografía en el trabajo evoluciona y vemos generaciones que han crecido rodeados de juegos, hay una oportunidad real al alcance para cambiar el concepto de que el trabajo y los juegos no pueden complementarse entre sí.
Las empresas se diseñan en torno a procesos funcionales. Tenemos enormes cantidades de automatización: abundan las hojas de cálculo y la mayoría de los procesos se ajustan y vuelven a ajustar para conseguir eficacia, reducción de costes y rendimiento. El verdadero problema de este planteamiento es que al afinar para aumentar la eficiencia, a menudo desconectamos el elemento ‘humano’.
Nuestros procesos casi siempre asumen que la gente hará lo que se determine. Y aquí es donde a menudo estos procesos fracasan y carecen realmente de eficacia porque lo que deberíamos hacer es pensar en cómo podemos estimular a las personas para que quieran hacer lo que es necesario hacer.
Esto se llama «diseño centrado en el ser humano» y está siendo aplicado con mucho éxito por ejemplo a la forma de navegar por los sitios web, cómo compran experiencias los clientes y otras áreas. Pero esto tiene que ser todavía aceptado completamente en los procesos del día a día que utilizamos para dirigir nuestros negocios.
Es en este punto donde podemos aprender de la industria del juego. Tienen 40 años de experiencia en diseños para la diversión, impulsando los motivadores intrínsecos que crean un verdadero engagement a largo plazo. Al adoptar este enfoque de diseño centrado en el ser humano para los procesos, no sólo podemos lograr la eficacia sino también hacerlo entretenido.
¿Procesos eficaces que la gente querría usar? – ¡Eso si que es un concepto necesario en la sociedad de hoy!